Aquí estamos de nuevo las porfiadas y los porfiados, estamos haciendo que el desierto florezca con el poco de agua que nos queda. Mojamos el tallo de esta flor, con las gotas de rocio que nos caen en las mañanas y con ellas soportamos el sol del mediodía.
Pero tenemos que avanzar y subir un barco gigante que nos espera mas allá de los cerros en el puerto que nos enseña la mirada. Tuvimos noticias de que la noche anterior, otras y otros se embarcaron con monos y petacas y vimos sus imágenes subiendo con ternura y alegría en el barco que llevará al sur la promesa en colores de tierra que el norte tiene.
Pero tenemos que avanzar y subir un barco gigante que nos espera mas allá de los cerros en el puerto que nos enseña la mirada. Tuvimos noticias de que la noche anterior, otras y otros se embarcaron con monos y petacas y vimos sus imágenes subiendo con ternura y alegría en el barco que llevará al sur la promesa en colores de tierra que el norte tiene.
Y nos subimos... un grupo de mujeres y hombres que se encontró y conversó; y prendió velas y se puso corbatas y collares de cartulina y soñó con bibliotecas freirianas y con encuentros de autoeducación popular y con organizar una expedición que fundara la esperanza en el Valle del Huasco así como ya se fundó en el de Arica y en el del Elqui.
Nos abrazamos, y el abrazo fue compromiso de acción y de afecto y el abrazo fue encontrarnos con lo que andabamos buscando...
una nave de velas blancas y coraza de madera que nos llevara al sur y nos devolviera al norte de los rostros y las manos que nos sabemos de memoria, al norte de los cerros que tienen colores y formas de los cuerpos de las mujeres y los hombres que aquí viven a pesar del sol y del viento y del agua que no tenemos.
Este sábado 09 de mayo a eso de las 09 de la mañana y hasta las 6 y media de la tarde, el desierto floreció nuevamente... y nuevamente se movió.
Nos abrazamos, y el abrazo fue compromiso de acción y de afecto y el abrazo fue encontrarnos con lo que andabamos buscando...
una nave de velas blancas y coraza de madera que nos llevara al sur y nos devolviera al norte de los rostros y las manos que nos sabemos de memoria, al norte de los cerros que tienen colores y formas de los cuerpos de las mujeres y los hombres que aquí viven a pesar del sol y del viento y del agua que no tenemos.
Este sábado 09 de mayo a eso de las 09 de la mañana y hasta las 6 y media de la tarde, el desierto floreció nuevamente... y nuevamente se movió.
me encanta!!!
ResponderEliminarmuchos cariños a todos y todas por allà en el desierto florido... que florece cada vez màs con aquellas y aquellos soñadores que siguen organizando la esperanza....
besitos.
atte.
Karen.
ARICA SIEMPRE ARICA.
Estuvo muy lindo. Es como cuando terminas el día y te das cuenta de que estuviste dónde querías estar.
ResponderEliminarOtro abrazo de ese día.
:)